En un mundo devastado
por la guerra, lleno de restos tecnológicos y bloques de apartamentos vacíos,
Rick Deckard es un cazador
mercenario cuya tarea consiste en retirar de la circulación a los androides
rebeldes. Pero los Nexus 6 son androides con características especiales, casi
humanos.
Pues para aquellos que no lo
supieran la mítica película de Blade runner viene de este libro, y aunque los
personajes de ambos tengan el nombre o el apellido cambiado son los mismos y
hacen la misma función que los de la película. Este se establece en una tierra
post guerra nuclear, donde la mayoría de los habitantes han emigrado a Marte y
los animales también han sido extinguidos.
Al igual que la película trama
gira alrededor de Rick Deckard y los ocho androides que se escapan de Marte
para llagar a la Tierra. Aunque el ambiente del libro es mucho más oscuro,
siniestro y raro que el de la película.
El ritmo y la narración no están nada
mal, lo que pasa que hay algunos momentos que me han parecido muy tediosos,
sobre todo con el tema de los animales, pues todos los humanos tienen una obsesión
malsana con tener animales vivos.
Es más el encuentro final me ha
dejado un poco decepcionado pues pasa todo muy rápido y he tenido que leerlo
otra vez para saber qué había pasado.
En cuanto a personajes no es que
destaque mucho uno u otro, cada uno es como lo ha puesto el autor y solo hay
una pequeña evolución en Deckar, pues es el que más cambia de sentimientos,
pues los demás son fijos y no es que hay mucho más cambio.
Lo que más llama la atención es
como el ser humano va decayendo poco a poco en una espiral vacía, pero a la vez
es capaz de perfeccionar unas máquinas que consigan llegar a un punto que sean idénticas
a los humanos salvo en las emociones. Además que como pasa siempre hay una
serie de privilegiados que pueden escapar de en este caso de la radiación a las
colonias, mientras que los tratados como especiales tienen que morir por culpa
de la radiación que seguro que esos que emigraron fueron los que causaron la guerra.
Otra cosa también que llama la atención
es como los humanos necesitan de un aparato para sentir, cosa que no es necesario
como bien se muestra tanto en Deckard como en Isidore.
Esta novela nos muestra múltiples
contra puntos entre lo real y artificial, la cantidad de temáticas que el autor
expone en la novela y la visión distopica de la sociedad que nos presenta el
autor.
En conclusión es una novela que
no te deja indistinto y por la linealidad de los personajes es una novela que
merece mucho la pena de leer.
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