jueves, 21 de marzo de 2019

La garra de Charon. Neverwinter III

Drizzt Do’Urden siente que nunca ha estado más perdido. Su amante, Dahlia Sin’felle, no puede hablar de otra cosa que de enfrentarse otra vez al señor netheriliano Herzgo Alegni.

Artemis Entreri también busca venganza y se ofrece a ayudar a Dahlia. Deben luchar también contra la Garra de Charon, la espada sensitiva de Alegni, que domina sus movimientos… pero no su mente. Pero ¿puede confiar Drizzt en su antiguo enemigo?

Drizzt no sabe a qué atenerse. Por eso, hace lo que sabe: luchar. Al lado de Dahlia, cuyos secretos lo intrigan. Al lado de Artemis Entreri, cuyos secretos lo acosan.

Tercer libro de la tetralogía de Neverwinter.

La trama sigue la del anterior libro, es decir Drizzt y Dhalia van en busca de Herzgo para que esta última se vengue del netheriliano. Y como en los otros libros he visto dos partes diferenciadas, la primera parte en la que consiguen acabar con Herzo y hacerse con la espada de este y la segunda el viaje a Gauntlgrym para destruir la espada. Una de las cosas que se nota es lo estirada que está la trama, creo que podría haberse condensado mucho más ya que veo partes innecesarias o de bulto.

En cuanto al ritmo de la novela veo que se sigue con la las escenas de lucha tremendamente descriptivas intercaladas con las descripciones de la aventuras de los tres personajes de la historia. Creo que tras veintidós libros se está volviendo algo repetitivo esto, también puede ser debido a la variedad de libros que leo.

En referencia a los personajes se puede ver que Drizzt está más perdido que un abuelo en la tienda de Apple, no sabe porque hace las cosas y si las hace se escuda en su soledad después de haber pedido a Bruenor su último antiguo amigo. Dhalia sigue en sus trece, la única meta en su vida es matar a Herzo por violarla y matar a su pueblo y cuando parece que lo consigue quiere más muerte, no se queda satisfecha con la muerte. Además se puede ver como Dhalia está más cerca a nivel emocional y de personalidad a Entreri que a Drizzt, lo que provoca que el elfo oscuro tenga arrebatos de celos. Entreri, que al igual que Dhalia lo único que quiere es matar a Herzo por mantenerlo esclavo y destruir la garra de Charon, por lo que este odio por el primero lo acerca mucho más a Dhalia. Aún así no deja de ser el Entreri de épocas pasadas, la contra partida de Drizzt Do’Urden.

Por otro lado en cuanto a los villanos pues nada o poco que decir que no se haya dicho nada, salvo que por fin se plasma en el papel quien es realmente Effron, como los netheriliano capturan a Gwenwyvar y cuál es la relación de la garra de Charon con los netheriliano

Puntos que he visto que llaman la atención, en vez de ir cerrando la trama pues se va llegando al final, se ve como se abren más tramas, lo malo de esto algunas de las tramas se notan algo reutilizadas ya que resultan familiares.

Y lo que más me llama la atención es la inactividad de Drizzt concerniente a la situación de Gwen, porque en anteriores libros cuando un amigo lo necesitaba hacia todo lo que estuviera en su mano y más allá para resolver el problema, pero en este solo haga lo que quieren Dahlia y Entreri además de ir llorando por las esquinas como un joven celoso, aunque este pasando un por un trago amargo y su tristeza por la muerte de Bruenor no me cabe en la cabeza.

En conclusión el libro es algo irregular, por lo menos en cuanto a ritmo respecta, ya que hay unos primeros capítulos interesantes, pero se cae de repente y volver a levantar el vuelo dejar con la boca abierta.

lunes, 4 de marzo de 2019

Allan Quatermain.

¿Desde Alcobendas con amor?
Regresamos con el héroe de las minas del rey Salomón, al que le tenía muchas ganas.

La novela, también conocida como "Las aventuras de Allan Quatermain", a grandes rasgos sigue la misma estructura que la anterior, mismos protagonistas y descubrimiento de una tierra desconocida (en este caso un pueblo de blancos viviendo en mitad del África negra, ¿una antigua colonia griega? ¿romana? Nunca llegaremos a saberlo ya que el camino seguido por Quatermain y el resto pinta irrepetible) aderezado con el estilo de Haggard.

Si ya en la novela anterior nos deleitábamos con Quatermain, aquí no sólo sobresale con sus intervenciones, especialmente al final (sobervia), sino que disfrutamos con las apariciones de Umslopogaas. La única pega que le pongo a la novela son algunas descripciones que sin ser tan detalladas como pudieran ser las de Tolkien si que notaba algo pesadas en algunos puntos, eso sí, hay que reconocer que el episodio de la "flor" de fuego me gustó mucho como lo relata.

Esta edición venía con las ilustraciones de C. H. M. Kerr que acompañan muy bien al texto.
Una de las famosas ilustraciones que decía.
Dicho lo cual, sigue dejándome perplejo que pese a lo famosas que son las minas, hay un desconocimiento tal del resto de obras del autor que me ha costado encontrar esta novela, hasta el punto de que ni en mi biblioteca lo tenían (bendita sea la de Alcobendas). A ver si con suerte eso cambia y el resto de novelas me son más fáciles de conseguir.

Y como es costumbre, un par de extractos del libro para abrir boca:

Y llegó el día en que el problema, que al principio no había sido más que una nube del tamaño  de una mano humana, comenzó a agrandarse y agitarse sobre nuestro horizonte. Estoy hablando de los sentimientos de Sorais hacia sir Henry. Yo veía cómo la tormenta se  acercaba más y más, y lo mismo mi pobre amigo. Aquel cariño procedente de una mujer tan adorable y de rango tan alto no era cosa que pudiera considerarse una calamidad para ningún hombre, pero, en la posición de Curtis, era una dolorosa carga.

¡Ay, Macumazahn! El mío es el comercio de la sangre, que, sin embargo, es más honrado que otros muchos. Mejor es matar a un hombre en digna lucha que sorberle la sangre del corazón comprando y vendiendo y ejerciendo la usura bajo relucientes trajes blancos. He matado a muchos hombres y, a pesar de todo, no temería volver a enfrentarme a ninguno. Había entre ellos muchos amigos, con los que ahora me alegraría aspirar tabaco. Pero tú tienes tus costumbres y yo las mías; cada cual con su gente y en su pueblo. El buey de la sabana moriría en una tierra de arbustos, y eso me ocurrirá a mí, Macumazahn. Soy tosco, lo sé, y cuando mi sangre se calienta pierdo la noción de mis actos, pero, no obstante, te lamentarás cuando la noche eterna me lleve y me encuentre perdido en la negrura, pues, en el fondo de tu corazón, me quieres, padre mío, Macumazahn el Zorro, aunque no sea más que un abatido perro de guerra, un jefe para el que no hay sitio en su propio kraal, un marginado y un vagabundo por lugares extraños; te quiero, Macumazahn, pues hemos crecido juntos y existe algo entre nosotros que es invisible y que, sin embargo, es imposible romper.

PD: Si que ha llovido desde la primera parte, esperemos que para la siguiente no me demore tanto.