lunes, 12 de diciembre de 2022

La perla verde. Trilogía Lyonesse II

 


 Aillas de Troicinet defiende su reino, situado en el extremo sur de las Islas Elder, de las incursiones de los saqueadores ska que otrora lo esclavizaran, y de las incesantes maquinaciones del rey Casmir de Lyonesse. Mientras, el mundo de la magia se enfrenta a la maldad concentrada de una perla verde que desata olas de lujuria, envidia, muerte y destrucción. Magos de siniestra comicidad, nobles recalcitrantes, reyes moribundos y una nueva perspectiva de los bárbaros ska se dan cita en esta segunda entrega de las crónicas de las Islas Elder. En ella, el humor, el romance y la aventura más tradicional dan paso a secuencias de intensidad casi onírica, conformando una de las tramas más ricas y disparatadas de la fantasía moderna.

 

Segundo libro de la trilogía de Lyonesse.

En este segundo libro la trama esta partida en tres partes y comienza donde acaba el anterior volumen. La primera parte que habla de la perla verde, que se formó tras los acontecimientos del primer volumen y lo que provoca a su poseedor. La segunda parte se centra en la conquista de Uflandia del sur y del norte por parte de Aillas y la última parte es la búsqueda de información por parte de Casemir y Visbhume sobre Dhrun y sus orígenes. Aunque también cabe destacar las sub tramas que hay por debajo como la de Shimrod o el pequeño viaje de Glyneth por Tanjecterly.

La estructura de la trama se caracteriza por el seguimiento de alguno de los personajes durante un tiempo más bien largo mientras el resto no se sabe qué pasa con ellos hasta que no les toca el turno. Esto permite seguir con pocas interrupciones las aventuras de alguien, pero también hay algún capítulo en los que interactúan varios personajes a la vez ya que tienen una clara relación o porque un personaje ofrece algún tipo de información que es necesaria conocer.

En cuanto al ritmo sí que he decir que ha mejorado un poco con respecto al anterior pues el lector puede ver que el autor ha metido una marcha más en la historia, se ve más acción y aventura y menos información que en la primera parte, dando como resultado más agilidad en la historia y con pocos descensos del ritmo,

Hablando de personajes, Aillas ahora es rey de Troicinet y Dascinet. En este libro se enfrenta por un lado a sus deberes de rey y las decisiones políticas y de gestión que debe tomar para que su reino permanezca fuerte y expandirse hacia las uflandias y por otro lado su afán aventurero y sus decisiones nada acordes a su posición, especialmente cuando recorre Ulflandia con Taztel.

Shimrod sigue con los mismos derroteros que en el anterior libro, es decir no aparece mucho, pero cuando lo hace ofrece un punto superior al relato. En esta ocasión Shinrod sigue las instrucciones de Murgen para frustrar los planes de Tamurello. Además de que se muestra la extraña relación que tiene con Melancthe, la cual es bastante compleja,

Glyneth que en este libro cobra una importancia capital, sobre todo un poco más allá de la mitad del libro y ha pasado a ser incluso más importante que Dhrun. Muestra un carácter amable, dulce y decidido.

Visbhume es mago menor al servicio de Tamurello y que es contratado por Casmir para investigar el origen de la descendencia de Suldrun. Es el típico personaje que de entrada es repulsivo ya que es un depravado que sabe un poco sobre la magia y domina unos cuantos cachivaches que hacen que su voluntad sea aceptada por aquellos con los que trata.

Casmir tiene una importancia menor y básicamente solo está obsesionado con frustrar los planes a Aillas y en buscar a aquel de su linaje que gobernara sobre todo las islas Elder y para ello contrata a Visbhume y a Torqual respectivamente.

Un punto a destacar es como se muestra al pueblo de los ska y cómo son sus hábitos y costumbres.  Este pueblo está en guerra con todo el mundo y eso hace que choquen con Aillas y su progresiva crecida de poder. También hay que mencionar que la religión no esta tan presente en este libro como en el primero, y es porque la trama se centra en Aillas y compañía y no tanto en Casemir.

Lo negativo según mi punto de vista es el tono y el estilo de la novela, al leer algunos fragmentos da la sensación de estar leyendo un cuento infantil, es más me para ser más exactos ha habido veces que creía estar en la típica película de Disney ya que en estos fragmentos la ingenuidad contrasta sobre manera con las acciones y pensamientos de los personajes.

 

lunes, 5 de diciembre de 2022

It.

Pennywise.

El libro puede que esté catalogado como terror o miedo pero no nos equivoquemos su auténtico género es la nostalgia. No me refiero a la nostalgia que tuve al reencontrarme con el libro (que también) sino a la historia. Digo nostalgia porque al autor se le da genial relatar esos momentos en los que los personajes van recordando con cuentagotas escenas de su pasado como quien coge un álbum de fotos (jeje) y revive los momentos al reencontrarse con una foto de su propio pasado.

Y es que esa nostalgia no sólo se ve de cara a los personajes si no al lector también, a medida que se lee la historia de los personajes nosotros mismos nos vemos allí recordando escenas de nuestra infancia que nada tiene que ver con Maine, y en lo particular esta relectura 16 años (de acuerdo a la fecha de la edición de mi libro) después era una gozada al ir recordando las escenas que se sucedían.

Pero más allá de la nostalgia, la magia y demás elogios me quedaría con ese principio como va contando sus historias por separado hasta que se entrelazan. Me quedaría también con esos saltos entre pasado y presente (en la obra se entiende, que son los 80 y de presente ya tienen poco) que aunque adelanta acontecimientos también da gusto leer como llegan hasta la resolución, si no me quiero equivocar es en el capítulo 19 donde mejor se disfruta de esta mezcla, de estos saltos. La guinda es el epílogo final, que deja una sensación de paz, de trabajo bien hecho, de que aunque no necesitamos ese último pasaje está tan bien hecho que tras terminarlo se vuelve casi imprescindible, como ese café después de un buen festín.

Realmente no hay ninguna parte negativa aunque sí que diría que los pasajes que menos me interesaban eran en los que había ayuntamiento carnal, en realidad son pocas las escenas (por suerte aquí no tenemos al autor de Canción de Hielo y Fuego) pero tampoco las hubiera hechado en falta de no estar.

En cuanto a los personajes todos tienen su miga pero quizás la historia de Beverly sea la más, por así decirlo, interesante de leer (en el buen sentido y como lector, no seamos muy pejigueros aquí) sin desmerecer al resto claro.

Entonces, ¿son 1500 páginas de pura nostalgia merecedoras de una lectura? Por supuesto que sí, y de dos y de tres y de las que hagan falta pero cada...que se yo, 27 años (o algo menos) para hacer algo de nostalgia jeje.