El Dragón Renacido
conduce a los Aiel hacia Cairhien, donde el jefe Shaido Couladin ha puesto
cerco a la ciudad. Entretanto, Nynaeve y Elayne van a encontrarse con las
hermanas Azules en Salidar, donde se han reunido los disidentes. Egwene, que
continúa su formación con Moraine para llegar a ser una Aes Sedai, mantiene
estrechamente vigilado a Rand. Y, de forma
inexorable, los sellos que cierran la prisión del Oscuro se van abriendo.
Bueno, bueno que tenemos aquí,
después de una buena temporada sin la rueda del tiempo, empezamos ya con ella,
a ver si este año la acabamos, o por lo menos la dejamos en los últimos tomos,
que aún estoy tratando de conseguir los que me faltan.
Esta nueva entrega nos pone en
otro terreno, pues la trama se desarrolla enteramente en Cahierhien, salvo
cuando nos narran las acciones de Nynaeve y Elayne que se mueven un poco más
hasta llegara Salidar.
Como es hasta ahora habitual, la
trama y la narración esta partida en varios frentes, uno el de Rand y compañía
y el otro el de Nyanaeve y compañía. Y si, en este libro no se menciona mucho
de Dos Rios donde esta Perrin (que tengo ganas de saber qué pasa con el), solo
que hay una bandera alza con un águila que es el estandarte de Manetheren.
El ritmo ha habido tramos que me
ha resultado algo pesado, pero bueno luego lo compensa con algo de intrigas de
las casas nobles, la locura de Rand, apariencias engañosas, y algún que otro
giro de tuerca que no me esperaba y me ha dejado un sabor gustoso, pues parece
ser que ha Jordan no le tiembla la mano para sacar de escena a personajes importantes.
En cuanto a personajes me encanta
como van evolucionando todos, pues todos los que participan en este libro
evolucionan mucho, Rand es más frio, más calculador, pero también se le ve que
es aún un inocentón, además de que su locura va a mas, y muchas veces parece
que en vez de ser Rand el que lleva la batuta es Lewis Therin.
A Mat le pasa tres cuartas de lo
mismo sus vidas pasadas empiezan a entrometerse, pero a este en vez de llevarle
a un estado de locura como a Rand, le ayuda mucho a hacer cosas que era
impensable que este joven mujeriego y ludópata pudiera hacer.
En cuanto a Ewgene, Elayne y
Nynaeve siguen con su entrenamiento para ser Aes Sedai, además de que se
empieza a ver que son buenas con el poder además de poderosas y eso lo sabe
bien la renegada Moghedein.
En cuanto a Moraine, ha cambiado
de tal forma que parece otra, lo malo es lo que le pesa, pero bueno esperemos
que no se definitivo, porque si lo es menudo lio se va a montar sin ella, es
mas en una carta que escribe a Rand, le cuenta como de manipuladoras son las
Aes Sedai y que solo se fie de aquellos que más cercanos tiene (Mat, Perrin, Egwene
y comapañia)
También salen más renegados, que
a este ritmo, libro en el que salga libro que será el último en verlos.
La historia está empezando a
tomar muchos derroteros y hay muchas subtramas abiertas y eso es bueno pues
siempre te deja con la intriga de que va a pasar aquí, o que va a pasar allí.
Un ejemplo es la situación de la
torre blanca, donde tenemos a Elaida como Amyrlin y el pueblo de Salidar donde están las que se oponen a
ellas, por lado tenemos a Rand y su avance, luego están los renegados que están
empezándose a mover y atacar, el Ajah Negro, Perrin en Dos ríos, los Seachan,
vamos que uno no se aburre fácilmente.
Esperemos que siga el asunto como
hasta ahora, pues de momento con todos estos libros que he leído de esta saga,
se porque la denominan una de las grandes del siglo XX. De momento solo estoy con un poco de mono pero bueno, ya sabéis que salvo raras ocasiones intento intercalar sagas, porque se que si las leo todas de un tirón acabo aburriéndome.
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