Los ghants son una
especie de homínidos quitinosos que habitan en los marjales del Wran. En su
laberíntico nido deben adentrarse Miriamele y sus compañeros para luego
dirigirse hacia la Roca del Adiós, donde les aguarda Josua con los cada vez más
escasos miembros de la Liga del Pergamino.
Tercer volumen de añoranzas y pesares, y he de decir que
este tomo sí que me ha encantado, pues el ritmo ha mejorado considerablemente y
los personajes empiezan a constituir el final de la saga.
Bueno la trama continua con los acontecimientos acaecidos en
el anterior libro, y como en los anteriores se divide en subtramas las cuales
nos van contando que va pasando con cada uno de los personajes que están
involucrados en todo el mejunje que es añoranzas y pesares.
El ritmo como he mencionado antes mejora, se hace un poco
más ameno y rápido, también puede ser debido a las batallas que en este libro
acontecen y en que he visto que hay más dialogo entre personajes, pero en
resumen da la sensación que esta mejora hace esperanzarse a uno de que el
último libro será trepidante y espero que los que me han dicho que ese es el
mejor tengan razón.
En cuanto a los personajes también he visto que han sufrido
un cambio agradable, pues el autor y la trama los han puesto donde debían y
haciendo lo que debían, por lo tanto la evolución en de estos ha ido para bien.
Lo único que sigue dejándome pasmado es Simón, pues aunque
su evolución es notoria desde el primer volumen y hemos ido viendo cómo ha ido
escalando desde ser pinche de cocina hasta donde está ahora, sigo sin ver
ningún rasgo de otros protagonistas de este tipo de relatos, y algunos podrían
decir que eso es malo y otros como yo, pensaran que a mí es un rasgo que me
gusta, aunque también es extraño a su manera.
Lo que echo de menos es que los planes de los malos en tres
libros aún no se hallan puesto de manifiesto, solo veo que se dejan ver ciertos
atisbos de que podría pasar, pero no es un punto malo, ni mucho menos, pues
creo que aún está por ver todo el potencial de Pryrates y de Utuk’ku, y esto
ansioso por ver ese potencial. Lo que más temo de esto es que se desinfle como
he visto desinflarse a otros personajes de este estilo.
De todas formas me he llevado una sorpresa sobre todo con
Maegwin que al principio del asunto creía que se salía con la suya pero el
autor ha dado un giro y parece ser que no es así, al igual que Simón y
Miriamele.
En conclusión en este volumen se empieza a vislumbrar como
el fin se esta acercando y cada pieza del tablero está ya en su posición salvo
unas pocas que parecen ser las variables que decidirán el asunto.
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