miércoles, 24 de septiembre de 2014

La senda de la profecía. Las crónicas de Belgarath I.


Belgarath el Hechicero atravesó la tenebrosa Ciudad de la Noche bajo la forma de un gran lobo, y guió a Cherek y a sus hijos hacia la torre de hierro de Torak, el dios Maldito. Una vez allí, Belgarath se transformó de nuevo en hombre y condujo a todos hasta los oxidados peldaños de una escalera por la que ningún hombre había subido desde hacía dos mil años. Llegaron a la cámara donde Torak, el dios mutilado, permanecía adormecido y atormentado por el dolor, con su rostro horriblemente marcado y oculto tras una máscara de hierro, porque al principio de la existencia había querido dominar todo el mundo y para ello se apoderó del Orbe creado por Aldur. Pasaron ante el dios y llegaron a la estancia donde el Orbe se hallaba oculto y protegido dentro de una urna también de hierro. Cherek urgió a Belgarath a tomar el Orbe, pero el Hechicero se negó.

"Yo no puedo tocarlo. Si cualquier hombre con el más leve asomo de maldad en su interior trata de hacerlo, el Orbe lo destruirá de la misma manera que quemó a Torak. Sólo un ser de corazón puro podrá cogerlo para protegernos a todos del dios Maldito".

Pues nada hoy toca empezar con saga nueva, pues añoranzas y pesares ya estoy acabando. Como bien indica el título es el turno de las crónicas de Belgarath.

En consecuencia la trama de este primer libro se centra en que Torak está dormido, pero alguien lo ha robado y solo hay uno en el mundo que puede empuñar el orbe que, tras derrotar al dios llamado Torak lo incrustan en una espada y que solo los miembros de la familia de Riva, son los que pueden empuñar dicha espada. Además nos hace una introducción de lo que sucedió durante los siete mil años antes de los hechos que se cuentan en el libro.

El ritmo La trama en si es adictivo, rápida y ágil, pues la narración tiene un lenguaje sencillo y fluido, lo que provoca junto con el rimo que el lector se enganche y quiera saber que pasara  a continuación con los protagonistas.

Los personajes me encantan, son interesantes, misteriosos e incluso cada uno tiene un toque o característica que lo hace diferente de los otros. Por ello se forma un grupo un variopinto en el que podemos ver a un espia/ladron Seda, un guerrero bárbaro Barak, un par de hechiceros como son el señor Lobo aka Belgarath o tia Pol/Polgara hija de Belgarath, y Garion sobre el que se centra todo el asunto.

Garion es un personaje protagonista y en este libro se nos presenta como un pre-adolescente que quiere saber cosas y que por h o por b no las conoce hasta que no se lo cuentan Polgara o Belgarath, y eso provoca que sea alocado y un poco testarudo en ciertos momentos, pero el resto del tiempo se puede ver que es un personaje agradable, y simpático.

Otro punto de los personajes sobre todo de lso hechiceros es que son casi inmortales pues Belgarath tiene unos 7000 años y Polgara estará por ahí también, lo que me recuerda mucho a los magos de la saga de Geralt de Rivia.

El autor también sabe jugar muy bien con los giros de la trama, pues de repente mantiene en secreto las identidades de todos, como las saca a relucir, eso quieras que no da juego y hace más emocionante que se siga la lectura pues quieres ver de que son capaces esos individuos.

En conclusión este libro es el típico libro de fantasía heroica/épica, donde el prota es el típico chico con destino grande que viaja con unos compañeros. Podemos decir que es el libro cliché, pero que por la forma que nos presenta el autor el mundo, y la como lo narra con chistes, acción y misterio hace que sea un libro muy a tener en cuenta, y solo espero que los siguientes libros sean igual o mejor que este.


domingo, 21 de septiembre de 2014

A través del nido de ghants. Añoranzas y pesares III.

Los ghants son una especie de homínidos quitinosos que habitan en los marjales del Wran. En su laberíntico nido deben adentrarse Miriamele y sus compañeros para luego dirigirse hacia la Roca del Adiós, donde les aguarda Josua con los cada vez más escasos miembros de la Liga del Pergamino.
Tercer volumen de añoranzas y pesares, y he de decir que este tomo sí que me ha encantado, pues el ritmo ha mejorado considerablemente y los personajes empiezan a constituir el final de la saga.

Bueno la trama continua con los acontecimientos acaecidos en el anterior libro, y como en los anteriores se divide en subtramas las cuales nos van contando que va pasando con cada uno de los personajes que están involucrados en todo el mejunje que es añoranzas y pesares.

El ritmo como he mencionado antes mejora, se hace un poco más ameno y rápido, también puede ser debido a las batallas que en este libro acontecen y en que he visto que hay más dialogo entre personajes, pero en resumen da la sensación que esta mejora hace esperanzarse a uno de que el último libro será trepidante y espero que los que me han dicho que ese es el mejor tengan razón.

En cuanto a los personajes también he visto que han sufrido un cambio agradable, pues el autor y la trama los han puesto donde debían y haciendo lo que debían, por lo tanto la evolución en de estos ha ido para bien.

Lo único que sigue dejándome pasmado es Simón, pues aunque su evolución es notoria desde el primer volumen y hemos ido viendo cómo ha ido escalando desde ser pinche de cocina hasta donde está ahora, sigo sin ver ningún rasgo de otros protagonistas de este tipo de relatos, y algunos podrían decir que eso es malo y otros como yo, pensaran que a mí es un rasgo que me gusta, aunque también es extraño a su manera.

Lo que echo de menos es que los planes de los malos en tres libros aún no se hallan puesto de manifiesto, solo veo que se dejan ver ciertos atisbos de que podría pasar, pero no es un punto malo, ni mucho menos, pues creo que aún está por ver todo el potencial de Pryrates y de Utuk’ku, y esto ansioso por ver ese potencial. Lo que más temo de esto es que se desinfle como he visto desinflarse a otros personajes de este estilo.

De todas formas me he llevado una sorpresa sobre todo con Maegwin que al principio del asunto creía que se salía con la suya pero el autor ha dado un giro y parece ser que no es así, al igual que Simón y Miriamele.

En conclusión en este volumen se empieza a vislumbrar como el fin se esta acercando y cada pieza del tablero está ya en su posición salvo unas pocas que parecen ser las variables que decidirán el asunto.

Tiempo de odio. Saga Geralt de Rivia IV.



Decir que la conocí sería una exageración. Pienso que, excepto el brujo y la hechicera, nadie la conoció de verdad jamás. Cuando la vi por vez primera no me causó especial impresión, incluso pese a las extraordinarias circunstancias que lo acompañaron. Sé de algunos que han afirmado que al instante, a primera vista, percibieron el hálito de la muerte que seguía a esta muchacha. A mí sin embargo me pareció completamente normal, y ya por entonces sabía yo que no era normal, por eso me esforcé en mirar, descubrir, percibir lo extraordinario en ella. Pero nada vi y nada percibí. Nada que pudiera haber sido señal, presentimiento ni profecía de los trágicos acontecimientos posteriores. Aquéllos de los que fue causa. Y aquéllos que ella misma provocó.


Bueno pues vamos con el cuarto libro de la saga de Geralt de Rivia.

Este libro no está centrado para nada en Geralt, sino más bien aparece en unos cuantos capítulos y poco más. La protagonista que le quita el papel a Geralt es Ciri, pues el libro estaba en un 75% centrado en ella y en sus acompañantes, es decir Yennefer y Geralt. Por lo que la portada de este libro está muy acertada.

La trama sigue justo donde se quedó la de la sangre de los elfos, es decir con Ciri y Yennefer por un lado y Geralt por otro. En esta trama vemos cómo va progresando Ciri con la magia junto a Yennefer. También se mezcla con esto las intrigas políticas entre los cuatro reinos del norte, los nilfgardianos y los hechiceros, vamos que me recordó mucho a juego de tronos en ese aspecto.

El ritmo del libro como pasaba con los anteriores es trepidante y engancha aunque no esté Geralt de por medio,  porque los giros de tuerca que da el autor, sobre todo cuando se descubre quien es realmente Ciri, me dejaron patidifuso, pues creo que es una de los descubrimientos que pueden marcar los demás libros, y se sabe ya por que el emperador Emyr quiere realmente a Ciri.

La trama a diferencia de las anteriores en las que pasaba de todo y a toda velocidad en este libro se ha sosegado mucho y el ritmo en cuanto a hechos puntuales decae, pero es compensada como el alto ritmo narrativo.

En cuanto a narración no comentar nada, sigue la misma línea que los anteriores, y lo que más me atrae de eso es como he dicho en anteriores veces, el lenguaje pueblerino del siglo XVI – XVII que me encanta.

Otro de los aspectos que he visto soberbio es como el autor trata a los magos, pues son seres poderosos, arrogantes, vanidosos, narcisistas y demás adjetivos que se os puedan ocurrir. Y claro al ser todo esto, el autor sabe muy bien enfrentarse a la edad de estos y en alguna que otra ocasión nos deja con la miel en los labios, al leer que uno mago va a decir su edad pero de repente cambia de parecer y nos deleita con una frivolidad.

Un punto que creo que es importante en esta saga es la relación de Geralt y Yennefer, pues como todos sabemos desde el primer libro se ve que están enamorados ambos pero son reticentes, como si esa relación fuera destructiva para ambos, cosa que lo es, pero lo que se ve en este libro, es porque realmente esa relación es algo rara, pues se ve que Geralt actúa como un perrito faldero cuando esta Yennefer, y eso hace al brujo un ser más terrenal y humano de muchos que se hacen llamar humanos.

Para finalizar, solo decir que el final del libro nos deja con un sabor muy agradable y que nos insta a continuar con el siguiente volumen, pues de los cuatro libros es el final que más insta al lector a continuar. Además de que lo podemos ir arrimando más a un tono más oscuro que los anteriores.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

La roca del adiós. Añoranzas y pesares II.






El infernal poder de Ineluki, el Rey de la Tormenta y jefe sitha no muerto, destruye el reino de Osten Ard y siembra un Mal contra el que no parece haber defensa. Sólo cuando el reino esté en posesión de las tres espadas de gran poder mágico, recobrará la paz, pero el camino a recorrer para reunirlas está sembrado de una maligna brujería muy difícil de superar. De este modo, los maltrechos restos del anteriormente glorioso ejército de Osten Ard huyen en búsqueda de un último refugio y punto de reunión: la Roca del Adiós, lugar envuelto en misterios y pesares. 

Por su parte, los desperdigados supervivientes de la Liga del Pergamino luchan con ahínco para cumplir unas misiones que los conducirán desde las devastadas ciudades de los humanos hasta las escondidas cuevas de los qanue en las montañas a través de tempestuosas aguas, de un bosque lleno de tremendos, peligros que ningún ser humano podría afrontar, y del secreto mundo de los sitha, donde esos seres, poco menos que inmortales, deben decidir si llegan a una alianza con los hombres en una última guerra contra los de su propia sangre. 

En este trascendental volumen se cumple lo que se vaticinaba en El trono de huesos de dragón, ya que la novela arrastra a los lectores hasta el mismo centro de una guerra aniquiladora, alimentada por una magia capaz de deformar la estructura del tiempo y del espacio.

A este libro le pasa más  de lo mismo que en el primer volumen, es decir es lento pero engancha.

La trama sigue inmediatamente después de lo sucedido en el trono de huesos del dragón, y cada grupo de personajes corre sus propias aventuras.

El problema de esto es que al ser un libro de ritmo lento, cada vez que a un grupo le pasaba algo importante el autor cortaba esa parte para dejarnos en la intriga y pasaba a otro grupo, y como consecuencia del ritmo, hay en muchas partes del libro que te dan ganas de pasar esa parte que luego en resumidas cuentas no importa mucho, y seguir leyendo lo que pasa con el otro grupo.

Vuelvo a repetir que esto con un ritmo más rápido es bueno, pero aquí no sé porque muchas veces me he desesperado al leer el libro.

En cuanto a personajes me estoy quedando un poco sorprendido por la profundidad y caracterización de los personajes. Pues cada personajes evoluciona constantemente,  y aunque unos lo hagan el buen sentido de la palabra otro no.

Que quiero decir con esto que como en todo libro tiene que aparecer el personajes tonto que hace las cosas sin venir a cuento, y en este caso tenemos a dos personaje así, la princesa Miriamele que empezó para mi gusto muy bien con todo el lio del cambio de look y tal para quedar como la típica princesita de cuento de hadas que si no la atiendes, le dices cosas bonitas y tal se vuelve muy estúpida y sus errores los paga el pobre Cadrach, además de ser la típica princesa que por cuatro palabras bien dichas por  un galán de rubios cabellos ya se deja hacer de todo, y la otra es la princesa Maegwin, que su encabezonamiento de que los Hernystiros como eran los amigos de los sitha ya estos últimos tenían que ayudarles porque no supieron defender su reino y hecha de su lado a Eoliar, que me parece que un personaje muy atractivo, porque no la corresponde, que es lo que ella cree, como ella quisiera que lo hiciera.

Dejando un poco de lado que los personajes siguen una evolución constante en cada parte de los dos libros, la trama también va evolucionando poco a poco, y las sorpresas se van descubriendo dejando algunos huecos en la historia resueltos.

Como ya dije en el anterior volumen esta saga sigue siendo muy recomendada dada su lentitud, y que espero que los personajes sigan evolucionando y no se quede todo estancado hasta el último libro.