Seguimos para bingo con la saga de Ender.
En este libro, Orson se ha rallado un poco y se ha dedicado a hablar más de cuestiones del alma como se puede ver desde el primer capítulo, por resumirlo muy brevemente sería como decir que el personaje de Oz de la serie Buffy ha poseído al autor y ha escrito el libro (aquí un breve ejemplo de lo que digo). En realidad no es necesariamente algo malo y sí es interesante y entretenido de leer pero peca de desarrollarlo demasiado y en ciertas ocasiones casi no parece saber parar (ya se sabe, lo bueno si breve dos veces bueno).
Según acababa el libro anterior y con el título de esta entrega, estaba claro que se iba a centrar en los "hijos" de Ender, ¿quienes son? ¿cómo sobrevivirán? ¿cómo enfrentarse a los allegados? Etc. Desde un principio ya se nos revela como acabarán (en la novela se entiende) por lo que esperaba que hubiera un cambio de última hora e intercambiasen sus destinos, hubiera sido interesante explorar cómo hubieran reaccionado Miro y Wang-Mu.
El final deja una puerta abierta para el siguiente capítulo de la saga pero no deja suficiente intriga para querer leerlo con ansia; sí, tenemos una nueva especie a la que conocer (para lo bueno y malo), al prota totalmente renovado y con una página en blanco delante de su camino y explorar el universo (más que prota debería decir al cuarteto, que supongo que irán juntos), a las otras dos especies conocidas expandiéndose por el universo, con una humanidad que ahora puede viajar instantáneamente y que podría en vez de borrar a Jane intentar controlarla; muchas posibilidades como digo pero lo ha cerrado tanto que no ha dejado suficientes alicientes para querer hincarle el diente al siguiente, y aunque probablemente acabará cayendo tampoco pasaría nada por dejar la saga aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario