viernes, 4 de noviembre de 2022

Sombras de identidad. Nacidos de la bruma V

 

La sociedad de Nacidos de la Bruma ha evolucionado en una fusión de magia y tecnología en la que la economía se expande, la democracia se enfrenta a la corrupción y la religión se convierte en una potencia cultural cada vez más influyente, con cuatro fes distintas enfrentadas por la captación de conversos.

Esta sociedad tan animada y optimista, aunque todavía tambaleante, se enfrenta ahora a su primera amenaza de terrorismo, crímenes cuyo objetivo es fomentar el descontento de la clase trabajadora y avivar las llamas de los conflictos religiosos. Wax y Wayne, con la asistencia de la adorable y brillante Marasi, deberán dar al traste con la conspiración antes de que las revueltas civiles frenen por completo el progreso de Scadrial.

Quinto libro de la saga Nacidos de la Bruma.

La trama, se centra en la ciudad de Elendel donde trascurre casi toda la acción. A diferencia de los tres primeros volúmenes tanto en este como en el anterior la trama ha pasado de una sociedad que vive en una era medieval, llena de magia y dioses a una sociedad que ha evolucionado y donde los dioses son meros espectadores y se han retirado y la magia empieza a ser tratada como algo más pragmático, pues la ciencia empieza a ser vislumbrada. Otra cosa importante en la trama es la aparición de la crítica social, el pensamiento colectivo frente a la individualidad, la presión social ante el poder corrupto además de la religión que tiene un gran punto en esta novela.

Hay que destacar que para entender bien la trama hay que haber leído la primera trilogía, El imperio final, El pozo de la ascensión y El héroe de las eras, porque aunque parezca que no es necesario haberlo hecho, a mitad de libro sí que tienes que saber quiénes son Kelsier, Vin, TenSoon, Elend Venture y compañía.

En cuanto al ritmo, como es normal en Sanderson es elevado, pues pasas las hojas rápido debido a que su forma de narrar la historia no es compleja y por lo tanto es fácil de seguirla sin tener que volver atrás porque te has perdido algo y todo esto también es gracias al lenguaje que usa, ya que no hay palabras complicadas de entender.

Hablando de personajes tenemos a los protagonistas que son Wax, Wayne y  Marasi. Primero hay que decir que la paraje Wax y Wayne tienen una chispa que hace que ambos sean una maravilla pues su compenetración, los secretos que se guardan, y la profundidad que tienen cada uno les da la química necesaria para que ambos funcionen perfectamente.

Aunque hay que decir que Wax parece sacado de un cómic por su chulería y sus maneras sumamente punitivas de resolver los conflictos mientras que Wayne, que es el compañero de Wax, me da la impresión que tiene más tablas y que resulta mucho más atractivo por la forma de interactuar con la trama.

La tercera en discordia es Marasi, que es una figura femenina lo suficientemente fuerte sin necesidad de ser una guerrera, ya que usando su inteligente, su inquietud y su resolución trata de alejarse de los convencionalismos sociales para convertirse en la mejor detective, siempre siguiendo los pasos de Wax aunque se la ve algo coartada por la  gran sombra que proyecta este. Y como extra a los protagonistas y aunque en menos media esta Steris, la hermanastra de Marasi, la cual se puede considerar la señorita de la corte, la cual su buena educación hace que saber llevar su incomodidad y saber cuál es el lugar que le corresponde mientras intenta, sin demasiado éxito, no mostrar admiración por Wax.

Por ultimo quedan Armonía y Sangradora. El primero es el dios que más se ve en este novela, aunque en general no tiene una importancia mayor ya que su papel es meramente presencial. Y la segunda, que al igual que Armonía es un ser del mundo antiguo, se la puede considerar como una terrorista cuya única misión es liberar a la humanidad de la opresión de Armonía, pues considera que es el culpable de todo y que maneja a la humanidad como si fueran juguetes.

Para concluir, en este libro no he visto la épica de los tres libros originales sino más bien como una sensación de intriga que se derrite ante un mal final (muy previsible y acelerado) y creo que el problema de esto es el no usar más la ambientación victoriana.

Es más el intento de establecer una sociedad que se encamina a la ciencia junto con dioses puede ser el punto interesante que plantee caminos sorprendentes y ver si Sanderson puede dar el sentido a todo.

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