Los viajes de Gulliver.

Gulliver a lomos de un transeúnte de Brobdingnag, digo...de Brobdingrag.

Otro clásico más, aunque en este caso me lo podía haber ahorrado.

El mayor problema del libro es la manera de escribir del autor, que hace unas descripciones innecesarias y perezosas de leer o que más que contar una historia de aventuras es una suerte de diario de como fueron sus desventuras, no vemos a Gulliver con los Liliputienses, sino que más bien nos relata su experiencia con ellos. Por otra parte, el autor tiene cosas buenas como puyitas que mete en mitad de los relatos aunque algunas se pierden (el traductor tuvo buen tino al remarcarlas en las notas al pie de página) otras son más claras al respecto como todo ese cuarto viaje (especialmente al final) en el que llega a tierras caballunas.

En cuanto a los viajes, hay vida más allá del país de los enanos y el de los gigantes, en lo personal me quedo con el viaje a Glubbdubdrib (que aparece en el tercer viaje y son 20 páginas (que lo hace doblemente bueno por aquello de que lo bueno si breve...)) que es una pena que no le sacara más chicha porque creo que daba más juego.