Sami yn Nasser, apodado Malik, un próspero mercader de la exótica Calimshán, que por azares del destino, es un ferviente adorador de Cyric y tratará de recuperar el libro sagrado de su dios, el Cyrinishad se embarca en lo que será la historia más épica de su vida encontrándose peligros y trabas en su camino por salvar a Cyric.
Este volumen
ambientado en el mundo de los dioses de Reinos Olvidados continúa la serie
Avatar, compuestas por los volúmenes Las Tablas del Destino, Tantras, Aguas
Profundas y El Príncipe de las Mentiras
Más bien el último libro de la pentalogía de Avatar de
reinos olvidados y la continuación directa de El príncipe de las mentiras.
La trama se desarrolla en dos en dos direcciones para casi
llegando al final del libro converger y dar el punto final a la pentalogía de
los dioses de reinos olvidados.
Estas direcciones son las acciones que realizan los dioses
que quieren evitar que Cyric se corone como un nuevo Ao y las corredurías de
Malik para llevar a cabo la misión que primeramente le impone Cyric y
posteriormente se impone el mismo.
En esta novela se sigue con el mismo estilo y tono del anterior
libro, abundantes escenas violentas y las relaciones entre los dioses y los
dioses con los mortales, llegando a una profundidad mayor.
Hay que destacar que el estilo narrativo que se
utiliza es en primera persona, en este caso el encargado de narrar la historia es Malik. Como se ha
mencionado antes la narración se desarrolla con algo de lentitud en algunas
partes que son compensadas con las abundantes escenas macabras que no llegan a
considerarse como para mayores de dieciocho años, pero que le dan ese punto
violento al ambiente.
En cuanto a personajes caben destacar Malik y Ruha ya que el
resto ya han aparecido en anteriores libros y no hay mucho que destacar de
ellos. El problema que veo aquí con respecto a estos personajes es que Malik no
despierta mucha simpatía y no es carismático y por lo tanto muchas veces he
considerado porque Cyric le elige, pues no le veo sentido. Y Ruha es un
personaje que por trasfondo podría haber aportado mucho más y no lo ha hecho
debido al papel que le ha dado el autor que creo que es un fallo pues un papel
extra al de perseguidor hubiera dado mucho más juego al personaje.
Y un último apunte de los personajes es que me ha gustado como
la percepción de Kelemvor cambia de una percepción de mortal a una de dios, pues aunque
estaba bien que tuviera el punto de vista de un mortal no deja de ser un dios y
tiene que como en todo momento se establece defender el equilibrio, cosa que
Medianoche también lo hace, pero a regañadientes y me da la impresión porque se
ve atrapada y es la única forma que tiene de salir airosa.
Como conclusión recomiendo que se acabe la pentalogía aunque
sinceramente yo creo que los dos últimos libros se podrían haber vendido como
dos libros aparte si se quería pues tampoco es que den más a la trama original,
solo cuentan cómo se desenvuelven y se asientan los nuevos dioses después de la
era de los trastornos.