El
dios de la Guerra ha muerto en su ataque a Tantras, y Medianoche y sus aliados
han recuperado la primera de las Tablas del Destino, en las que el Sumo Hacedor
grabo las normas que rigen el equilibrio de Faerun, buscadas con ansia por los
dioses caídos pues es el único medio de recuperar la gloria perdida, y también
por los humanos para salvar a las Reinos del caos. Pero ahora, Medianoche,
Kelemvor y Adon se enfrentan a lo más difícil: atravesar el mundo para llegar a
Aguas Profundas donde está la segunda tabla, protegida por los engendros de
Myrkul en el reino de la Muerte. Su misión, obstaculizada por el traidor Cyric
que anhela poseer las tablas para sus propios fines, y por el señor de la
Muerte, dispuesto incluso a llegar a la destrucción de los Reinos, les hace
vivir aventuras espeluznantes que se prolongan hasta llegar a la presencia del
mismísimo Ao.
Y seguimos con la trilogía de Avatar, sé
que hay dos libros más, pero podría decirse que este es el final, él que pone
el punto y aparte a la era de los trastornos.
La trama sigue donde se quedó en el último
libro, Medianoche, Adon y Kelemvor continúan su viaje a Aguas profundas
seguidos de los dioses y de Cyric. La trama en este libro se vuelve un poco más
adictiva por la cantidad de acción que hay, por lo menos más que en los otros
dos, pero es repetitiva, es decir siempre los buenos son perseguidos por
alguien se libran de él y vuelve la persecución por otro, por lo que se hace
muy previsible lo que va a suceder.
En cuanto la narración, tiene un estilo sencillo, fluido, y es parca en descripciones la mayoría de
las veces, como pasa en libros anteriores por lo que es gratificante de leer y
no hay mucha complicación ni tienes que leer algo varias veces para comprender
que está sucediendo.
En cuanto a personajes
solo voy a destacar que la evolución es buena, pero la
de Cyric y Adon, que a mi entender son los dos personajes que mejor quedan
retratados en estas novelas, es notable, pues ambos pasan por lo mismo pero uno se deja
llevar por su ansia de poder y el otro por el contrario pierde el poder y se
queda con la lealtad a sus amigos, y en ambos casos ambos son recompensados de
manera justa a su comportamiento, lo que me ha dejado un amargo sabor de boca
es lo de Kelemvor, pues su evolución también me ha gustado bastante ya que pasa de
mercenario puro a héroe desinteresado, pero los eventos que le suceden al final
del libro me parecieron injustos si los comparamos con los otros tres
personajes, pero bueno así es la vida como se suele decir.
Uno de los puntos que me ha gustado es
que estas noveles nos ofrecen una explicación más detallada de cosas sobre Toril, como funciona la magia, la fe de los Dioses, etc. Y que el libro cuenta
con un final digno.
Lo malo, como ya he comentado la estructura es la misma que los anteriores y en todos se repite en mayor o menor medida haciéndolos un poco previsibles.
Lo malo, como ya he comentado la estructura es la misma que los anteriores y en todos se repite en mayor o menor medida haciéndolos un poco previsibles.
De todas formas si me dijeran que si los
recomendaría, diría que sí, pues como se ha dicho estos libros explican muy
bien la era de los trastornos y su porque, por lo tanto es interesante sobre
todo para saber el por qué cuando hablan en otros libros de Reinos olvidados.
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