martes, 22 de diciembre de 2015

El héroe de las eras. Nacidos de las bruma III


Durante mil años los skaa han vivido esclavizados y sumidos en el miedo al Lord Legislador, que ha reinado con un poder absoluto gracias al terror y a la poderosa magia de la «alomancia». Kelsier, el Superviviente, el único que ha logrado huir de los Pozos de Hathsin, encuentra a Vin, una pobre chica skaa con mucha suerte. Los dos se unen a la rebelión que los skaa intentan desde hace un milenio y vencen al Lord Legislador. Pero acabar con el Lord Legislador es la parte sencilla. El verdadero desafío consistirá en sobrevivir a las consecuencias de su caída. En El héroe de las eras se comprende el porqué de la niebla y las cenizas, las tenebrosas acciones del Lord Legislador y la naturaleza del Pozo de la Ascensión. Vin y el Rey Elend buscan en los últimos escondites de recursos del Lord Legislador y descubren el peligro que acecha a la humanidad. ¿Conseguirán detenerlo a tiempo?

Estamos ante el último libro que cierra la trilogía de nacidos de la bruma, y he decir que es una trilogía espectacular según mi punto de vista.

La trama continua donde lo dejo el libro el pozo de la ascensión, es decir, Elend convertido en nacido de la bruma y Vin protegiéndole, además de que Ruina ya campa a sus anchas por el mundo. Esta al igual que los anteriores libros es adictiva y en ocasiones trepidante, sobre todo las escenas de acción en la que la alomancia explota en todo su esplendor y vemos más de su potencial.

Luego también está muy bien llegado el asunto del fin del mundo y los sentimientos de los diferentes personajes ante este hecho, y como unos abogan por hacer todo lo posible y más y otros se queda un poco en segundo plano a verlas venir.

Otra cosa a destacar de la trama es que a diferencia de las anteriores, esta trama está dividida en dos lugares, Urteau y Fadrex, con lo que todo se condesa en esas dos ciudades.

En cuanto a los personajes cabe destacar que no es que cambien mucho de un libro a otro, es más casi no cambian, salvo Fantasma que recoge un poco más de protagonismo y al final acaba siendo uno de los favorecidos de la historia, pero si quiero destacar dos cosas que a mi parecer son importantes.

La primera es que Vin realmente no es quien se cree que es, y esto tiene mucha relación con el final del libro que me dejo pasmado, pues todo lo que concibes mientras vas leyendo se va a la porra con un magistral cambio de rumbo por parte de Sanderson. Es más se puede decir que el final no es el final de “hemos matado al malo y hemos salvado el mundo”, no, el final es “que ha pasado y  como hemos llegado a esto, pero me gusta y mucho”. Y además de que consideras que quien crees que es una cosa resulta que no lo es, y el que está en segundo plano es el protagonista de todo el asunto.

La segunda es el papel que desempeña Rashek, pues aun muerto, aparte de ser el enemigo del primer libro, realmente no es quien todo el mundo cree, sino más bien es alguien que se cegó un momento con el poder que tenía y que después de cagarla intento arreglarlo como pudo conteniendo a Ruina hasta que se lo carga Vin.

Otro elemento que no puede faltar en esta mención, es que cada vez que leo un libro de Sanderson me entra la curiosidad con respecto al sistema de magias que empleara, pues en todos los libros que he leído es diferente. En Elentris son runas, en El aliento de los dioses es el propio aliento, en esta trilogía es la alomancia, y eso queráis que no es un buen gancho para atraer a los lectores y conservar a los que ya se tiene.

En conclusión que esta es una de aquellas trilogías que se puede llamar indispensables. Es apta para un público de cierta edad pues hay cosas que no se comprenden tan fácilmente, engancha, y además es un trilogía que podríamos llamar trágica pues los hechos apuntan a que al final no sale con vida ni dios. Así que para mí es un placer haberla leído y también recomendarla.

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