Pues nada parece ser que el señor del tiempo también entrara
en mi lista de libros imprescindibles de lectura, si tal como vaticinan los
augurios el tercer volumen sigue la senda de estos dos.
Aquí os pongo la sinopsis del segundo volumen de esta trilogía.
Para huir del terrible destino al que el Círculo lo había
condenado, Tarod logra detener el Péndulo que rige el ineludible fluir del
tiempo. Y el tiempo deja de existir. Tarod, prisionero en un limbo sin ayer ni
mañana, vive resignándose a su inmortalidad… cuando un Warp, la terrible
tempestad desencadenada por las fuerzas del Caos, arrastra a dos seres humanos,
un hombre y una mujer, hasta el Castillo de la Península de la Estrella. Ella
es Cyllan, una humilde boyera dotada de poderes parapsicológicos, y por la que
Tarod sentirá un amor intenso y puro. Él, Drachea, el presunto heredero del
Margrave de la provincia de Shu. Encerrados los tres en el castillo, provocarán
nuevos y terribles acontecimientos hasta lograr que el Tiempo reemprenda su
lento e inexorable camino.
Tras terminar de leer esta segunda entrega me ha quedado
claro que la trama de esta parte está claramente dividida en dos, una
parte que sería la parte del no tiempo, donde nos relata como Tarod está el
castillo y llegan Cyllan y Drachea dándole unos cuantos quebraderos de cabeza a
Tarod pero que al final consiguen volver al estado normal del tiempo, y por
otro lado lo que sucede después de que el castillo vuelva al lugar en el tiempo
que le corresponde.
Esto a si puesto puede verse como un resumen del resumen pero esto se comprende mejor a la hora de leer el libro, ya que lo explican muy bien, además de que no quiero spoilearos mucho más.
Otra cosa que me gustaría comentar es como Tarod y Cyllan
evolucionan en este libro y esa evolución provoca cambios drásticos en ellos
dos que yo no pensaba que se darían así. Que quiero decir pues que Tarod se nos
presenta como un ser sin alma y más inhumano si es posible de lo que era en el anterior libro, pero que a la vez
tiene sentimientos humanos aun siendo lo que es y no poseyendo lo que tiene que
poseer. Y por el contrario Cyallan pasa de ser una mujer ingenua a una mujer
que sufre porque sabe que su amante dará la vida por él y ella se desespera y
hace todo lo posible porque eso no pase incluso algo que conmueve mucho a una
tercera persona que es la clave del final del libro.
Algo que me costó fue que en los dos o tres primeros
capítulos la trama y lectura me costó bastante asumirla porque a diferencia de
después y del anterior libro es mucho más lenta que de costumbre, pero una vez
pasados esos capítulos es una trama y lecturas trepidantes donde el lector se
sumerge en ella y ávido de saber más lee y lee.
Con respecto a los personajes el peso del libro lo lleva
Cyllan cosa que es agradable porque hace que este libro se distancie del
primero y veamos otros puntos que a lo mejor con Tarod no podríamos ver muy bien.
Una cosa negativa es Drachea creo que es un personaje sin
ningún sentido salvo el de tocapelotas, porque después de eso tocar las
pelotas, no aparece más en el libro (aparece pero con escabrosos resultados), pero también comprendo que debía estar ahí
porque si no para Tarod y Cyllan sería muy fácil escapar y también decir que su
lentitud puede suponer un bajón para aquellos impacientes, pero gracias a ella
podrás comprender el carácter y formas de hacer de cada uno de los personajes
que este salen.
Pues nada más que contar, solo que de momento como he dicho
arriba tiene que estar muy mal escrito el tercer libro de esta saga para que no
caiga en mi lista de imprescindibles y se codee con la ruda del tiempo, el
señor de los anillos, el ciclo de la puerta de la muerte, el elfo oscuro y The
witcher junto con los primeras trilogías de la Dragonlance.
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