El hechicero Aliso
está completamente aterrado por conciliar el sueño, ya que cada noche, los
muertos le atraen hacia ellos, utilizándolo como medio de liberarse e invadir
Terramar; además ello le supone tener que reencontrase con su esposa, la cual falleció
muy joven y en su ansia de no perderle jamás, le besó a través de un bajo muro
de piedras que separan nuestro mundo de la Tierra Seca, un mundo marchito en
que los amantes se entrecruzan sin reconocerse.
Aliso, le lleva a acudir a un antiguo Archimago Gavilán, quien le incita a partir de Havnor en busca de tres jóvenes. Todos ellos, más un dragón capaz de metamorfosearse en mujer, iniciarán este viaje en el que la incursión de los muertos no es el único peligro amenazante a Terramar...
Aliso, le lleva a acudir a un antiguo Archimago Gavilán, quien le incita a partir de Havnor en busca de tres jóvenes. Todos ellos, más un dragón capaz de metamorfosearse en mujer, iniciarán este viaje en el que la incursión de los muertos no es el único peligro amenazante a Terramar...
Último libro hasta la fecha de Terramar, o eso espero.
La trama sucede quince años después de lo ocurrido en
Tehanu. Es una trama continuista, pues como se puede ver la autora echa mano de
los personajes conocidos en anteriores libros y añade unos pocos más para dale
un poco más de empaque y diversidad.
El ritmo del libro sufre altibajos, ya que al principio
cuesta mucho entrar en la trama, lo que hace que el ritmo sea lento y en
ocasione soporífero y cansino, luego mejora un poco, pero sigue igual de
cansino, solo cuando va quedando poco para el desenlace todo se vuelve
trepidante y da gusto leerlo, pues recuerda al ritmo de los otros libros.
También cabe destacar que la autora juega un poco con el
feminismo al ahondar en el motivo por el que no se admiten mujeres en la
escuela de magia de Roke. Y también el grave daño que provocó el
hechicero llamado araña o Cob, a la tierra de los muertos.
En cuanto a los personajes pues poco que decir, solo que me
ha gustado el desarrollo de Tehanu, y como es la naturaleza de esta, o los
dilemas a los que se enfrenta Tenar al tener que dejar volar a Tehanu, y
Lebannen con su tiras y aflojas con el reino y la princesa Karga.
Y un caso aparte es el de Ged, me encanta que siga apartado
de todo lo acontecido ya que es estable con lo que sucedido en el anterior
volumen, sin hacer nada que sabe que no puede hacer, aunque no he entendido muy
bien es porque meten a Ged en el fregado y encima lo meten con calzador.
También quería comentar que hay hechos que muestran que la
autora está un poco fuera de su elemento, ya que no se ve que llevar muchos
personajes a la vez, cada uno con sus circunstancias y su propia historia, dando
lugar a algunos desbarajustes.