Medianoche y Adon, después de haber librado junto con Cyric y Kelemvor al valle de las Sombras del malvado dios Bane, son injustamente sentenciados a muerte por el asesinato de Elminster el Sabio. Sin embargo, logran escapar y puesto que son los que conocen el paradero de la primera Tabla del Destino, única posibilidad de salvar a los Reinos, se dirigen a Tantras en su busca. Pero Bane, y su aliado Myrkul, el dios de la Muerte, conspiran para capturar a Medianoche y a sus amigos y robar las Tablas. Los héroes tienen que enfrentarse a unos animales espeluznantes y a unas violentas tormentas en su viaje a través de los valles. Y, además, ocurre lo peor que podían imaginar: uno de los amigos de Medianoche se ha aliado con Bane y las fuerzas de Zhentil Keep...
Y continuamos con la serie Avatar. Esta vez toca el segundo
volumen de esta pentalogía.
En esta nueva entrega los héroes encargados de buscar las
tablas del destino se van distanciando por diversos motivos lo que lleva a que
veamos enfrentamientos interesantes entre ellos.
La trama continua exactamente donde se quedó el anterior
libro, es decir tenemos el valle de las sombras con Medianoche y Adon a punto
de ser juzgados, Kelemvor como mano derecha del gobernante del valle de las sombras y Cyric intentando
salvar a Medianoche y Adon.
El ritmo del libro es rapidillo y uno no se cansa cuando van
pasando las cosas, sino que en muchos partes del libro se agradece que el ritmo
sea tan rápido. La narración sigue la misma línea, una narración simple y sin
muchas florituras ni lenguaje muy enrevesado. Lo que si he notado que algunas
veces la traducción deja mucho que desear, pues hay en ocasiones que traducen
cosas y en otras no.
En cuanto a los personajes, poco que destacar, el único caso
que se puede decir algo es en Cyric y su cambio un tanto raro en cuanto a sus
personalidad, pues en el primer libro parece alguien equilibrado y que quiere
dejar atrás su vida pasada y centrarse en la aventura, y en este libro desde el principio empieza a
obsesionarse con el poder, lo que se puede decir que ha sido el cambio muy sustancial.
También habría que destacar la aparición de nuevos personajes y dioses. Otro punto a tener en cuenta es el trato que se les da a los dioses algunas veces deja
mucho que desear pues de repente los vemos que son unos soberbios y actúan como son y de repente
cambian el registro a simple mortal, cosa que me parece poco creíble.
Por otro lado, las peleas de los dioses me resultan un tanto artificiales y poco creíbles, ya que
estas deberían ser mucho más destructivas de lo que realmente son, pues las
cantidades de energía que acumulan y gestionan los dioses equivale a unas
cuatro o cinco bombas nucleares juntas.