Los dioses, expulsados
de los cielos, vagan ahora por el mundo y recorren los Reinos, desde Tantras
hasta las lejanas Aguas Profundas, en un intento de recuperar su potestad. El
malévolo Bane, la ambiciosa Mystra, y Helm, el guardián de los cielos, saben
que la clave está en las Tablas del Destino. En posición de un amuleto
misterioso, cuatro héroes, quienes tratan desesperadamente de escapar a los
oscuros elementos de sus respectivos pasados, se ven arrastrados a esa titánica
lucha por el poder y son buscados por las deidades caídas y sus secuaces. Pero
el tiempo se acaba para los héroes y para los Reinos, y la naturaleza, atrapada
en medio del enfrentamiento, se revela: de la tierra surgen unas criaturas
extrañas y espantosas y la magia se vuelve imprevisible. Si los héroes quieren
salir airosos, tienen que encontrar al sabio Elminster, el único mortal capaz
de conocer el secreto de las Tablas.
Comenzamos con nueva pentalogía. Esta vez se trata de la
pentalogía de Avatar compuesta por cinco libros en los que se narran la época en
la que los dioses son expulsados de las esferas (Era de los trastornos) donde habitan para que convivan
como los humanos, elfos, enanos y demás razas que pueblan Faerum y así ver la realidad en la que viven sus devotos fieles.
Como es el libro inicial de la pentalogía y suele pasar
con este tipo de libros, suelen ser algo pesados pues la presentación de personajes y el
inicio de los viajes es bastante caótico y se pasa por alto muchas cosas.
La trama se centra en los dioses y como han sido expulsados
de las esferas porque han robado las tablas del destino a Ao y como estos tienen que vivir como mortales y recuperar dichas tablas para volver a sus reinos en las esferas. Aquí es cuando
comienzan las intrigas y como se van perfilando los héroes de la historia, que
en este caso son cuatro humanos. Pero todo esto va lento y en algunos casos
atropellado.
El ritmo del libro es lento al principio pero cuando ya se
va perfilando el camino que los héroes deben seguir, este aumenta y te empieza a enganchar. La narración es
fluida y lo bueno esta en que no deja mucho margen para la predicción pues hasta
que no lees lo que pasa no puedes sacar conclusiones.
En cuanto a los personajes tenemos a Kelemvor un mercenario
que lleva a sus espaldas una maldición tan viaje como su árbol genealógico que
le da al personaje un carácter que en un principio puede parecer egoísta pero
que es realmente triste pues no puede hacer nada sin una recompensa por medio ya que si no la tiene o se desprende de su misión la maldición ataca con toda su fuerza.
Adon, un sacerdote de Sune diosa de la belleza y cuyo único objetivo
es verse hermoso, pues en esa religión creen que solo a aquellos hermosos la
diosa le da su favor. El problema esta cuando la belleza de este desaparece a causa de un incidente que le provoca una cicatriz en plena cara y es cuando el clérigo tiene que buscarse de nuevo a si mismo.
Cyric, el que más me gusta de todos, es un ladrón
reconvertido a aventurero, pero que por más que intenta dejar su antigua
vida a tras, está le aparece siempre a la vuelta de la esquina. Su carácter taciturno y
sombrío le da al grupo el punto lúgubre que debe tener todo grupo de aventureros.
Por ultimo esta Medianoche, una maga que posee un medallón que
posee un poder enorme, lo único que le achaco es su afán por intentar
contentar a todos y llevar todo el peso de todo ella misma sin intentar apoyarse en los demás por más que estos se lo piden.
Caitlin, una pequeña que es la que reúne al grupo para
salvar a Mystra que a mitad del libro se revela que su función será otra.
Además aparecen los dioses Bane, Myrkul que son los malos del libro y harán todo
lo que está en su mano para regresar a las esferas y reinar sobre estas además
de Elminster que aunque yo lo recordaba de otra forma me agrada saber de él y
ver su carácter juguetón.
Una cosa negativa de los personajes es que no ha sido hasta
bien entrada la tercera parte del libro cuando se empieza a sentir algo de simpatía
por ellos, pues aunque se profundiza bastante en ellos no convencen mucho.
Lo mejor del libro, creo que es el final, este es abierto
para dar puerta a la continuación por lo que se puede ir desgranando más la era
de los trastornos.