lunes, 3 de febrero de 2014

El proscrito. El señor del tiempo 2



Pues nada parece ser que el señor del tiempo también entrara en mi lista de libros imprescindibles de lectura, si tal como vaticinan los augurios el tercer volumen sigue la senda de estos dos.

Aquí os pongo la sinopsis del segundo volumen de esta trilogía.



Para huir del terrible destino al que el Círculo lo había condenado, Tarod logra detener el Péndulo que rige el ineludible fluir del tiempo. Y el tiempo deja de existir. Tarod, prisionero en un limbo sin ayer ni mañana, vive resignándose a su inmortalidad… cuando un Warp, la terrible tempestad desencadenada por las fuerzas del Caos, arrastra a dos seres humanos, un hombre y una mujer, hasta el Castillo de la Península de la Estrella. Ella es Cyllan, una humilde boyera dotada de poderes parapsicológicos, y por la que Tarod sentirá un amor intenso y puro. Él, Drachea, el presunto heredero del Margrave de la provincia de Shu. Encerrados los tres en el castillo, provocarán nuevos y terribles acontecimientos hasta lograr que el Tiempo reemprenda su lento e inexorable camino.

Tras terminar de leer esta segunda entrega me ha quedado claro que la trama de esta parte está claramente dividida en dos, una parte que sería la parte del no tiempo, donde nos relata como Tarod está el castillo y llegan Cyllan y Drachea dándole unos cuantos quebraderos de cabeza a Tarod pero que al final consiguen volver al estado normal del tiempo, y por otro lado lo que sucede después de que el castillo vuelva al lugar en el tiempo que le corresponde.

Esto a si puesto puede verse como un resumen del resumen pero esto se comprende mejor a la hora de leer el libro, ya que lo explican muy bien, además de que no quiero spoilearos mucho más.


Otra cosa que me gustaría comentar es como Tarod y Cyllan evolucionan en este libro y esa evolución provoca cambios drásticos en ellos dos que yo no pensaba que se darían así. Que quiero decir pues que Tarod se nos presenta como un ser sin alma y más inhumano si es posible de lo que era en el anterior libro, pero que a la vez tiene sentimientos humanos aun siendo lo que es y no poseyendo lo que tiene que poseer. Y por el contrario Cyallan pasa de ser una mujer ingenua a una mujer que sufre porque sabe que su amante dará la vida por él y ella se desespera y hace todo lo posible porque eso no pase incluso algo que conmueve mucho a una tercera persona que es la clave del final del libro.

Algo que me costó fue que en los dos o tres primeros capítulos la trama y lectura me costó bastante asumirla porque a diferencia de después y del anterior libro es mucho más lenta que de costumbre, pero una vez pasados esos capítulos es una trama y lecturas trepidantes donde el lector se sumerge en ella y ávido de saber más lee y lee.

Con respecto a los personajes el peso del libro lo lleva Cyllan cosa que es agradable porque hace que este libro se distancie del primero y veamos otros puntos que a lo mejor con Tarod no podríamos ver muy bien.

Una cosa negativa es Drachea creo que es un personaje sin ningún sentido salvo el de tocapelotas, porque después de eso tocar las pelotas, no aparece más en el libro (aparece pero con escabrosos resultados), pero también comprendo que debía estar ahí porque si no para Tarod y Cyllan sería muy fácil escapar y también decir que su lentitud puede suponer un bajón para aquellos impacientes, pero gracias a ella podrás comprender el carácter y formas de hacer de cada uno de los personajes que este salen.

Pues nada más que contar, solo que de momento como he dicho arriba tiene que estar muy mal escrito el tercer libro de esta saga para que no caiga en mi lista de imprescindibles y se codee con la ruda del tiempo, el señor de los anillos, el ciclo de la puerta de la muerte, el elfo oscuro y The witcher junto con los primeras trilogías de la Dragonlance.

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